viernes, 24 de junio de 2011

¿ES LA TEORÍA DE LA EVOLUCIÓN DE DARWIN BASE IDEOLÓGICA DEL NAZISMO?

En primer lugar hay que ser sumamente cuidadosos a la hora de vincular teorías científicas con ideologías políticas, pues sin querer podríamos establecer relaciones de causa-efecto que bien podrían no ser ciertas. Los creacionistas deberían saber que las teorías científicas son neutras y que la teoría de la evolución por medio de la selección natural no es más que un motor evolutivo que explica la variabilidad de las especies, no de la sociedad. Que la Tierra es redonda es un hecho y no una idea o un valor. Los hechos o las leyes naturales no son un imperativo para nuestro comportamiento. ¿Debería empujarte por las escaleras sólo porque existe una ley de la gravedad? ¿Debería tu mujer devorarte después del coito porque eso es lo que hacen algunos insectos? A esta falacia se la conoce como Reductio ad Hitlerum, la cual presupone que como Hitler apoyaba X, entonces X debe ser malo.

En segundo lugar resulta sorprendente que mientras los creacionistas no hacen otra cosa que señalar tercamente vínculos entre Darwin y el nazismo, ignoran u ocultan de mala fe los vínculos entre Hitler y lo que él llama unas veces "el Creador del Universo" y otras "el Señor", tal y como se constata en su libro de 1925, Mein Kampf:

“Así hoy creo que estoy actuando en concordancia con la voluntad del Creador Todopoderoso: defendiéndome contra el Judío, estoy luchando por la obra del Señor”.

O también:

“Por lo que debemos luchar es para salvaguardar la existencia y reproducción de nuestra raza y nuestro pueblo, para que nuestro pueblo pueda madurar para el cumplimiento de la misión asignada por el Creador el universo.”

¿Estaba Hitler pensando en Darwin cuando escribió todo esto? ¿Pensaba en Darwin cuando mandó inscribir en los cintos de los soldados de las tropas del Reich, Gott mit uns (Dios marcha con nosotros)? ¿No es verdad que eso mismo se puede leer en Deuteronomio: 20, 4? Alguien de mala fe podría recoger estos pasajes (y muchos más) para vincular moralmente al dios de los cristianos con las fechorías de Hitler. Por suerte para los cristianos cualquier persona sensata sabe que culpar a Dios (en el hipotético caso de que existiera algo parecido) de las atrocidades cometidas por Hitler sería tan inapropiado como culpar a Gutenberg del Mein Kampf, a los hermanos Wright de los atentados del 11-S, o a Jesús de las Cruzadas o la Inquisición. Por desgracia siempre habrá idiotas que tomen a Dios, a Jesús o incluso a Darwin, para justificar las fechorías de otros, aunque de esto no tengan la culpa ni Dios, ni Jesús, ni Darwin.

Por último, aun suponiendo no solo que Hitler basó todo su programa de exterminio en la teoría de la evolución de Darwin, sino que además el propio Darwin compartía ideas similares a las del dictador alemán, ¿demostraría eso que la teoría de la evolución por medio de la selección natural es falsa? Obviamente la respuesta es NO. Quienes piensan lo contrario caen en otra falacia conocida como argumentum ad consequentiam, la cual dice que X es verdadero (o falso) en función de si X me agrada o no me agrada.

Vincular a Darwin con el nazismo o con cualquier otra ideología reprobable forma parte de una estrategia de acoso cultural, y no de una científica y constructiva crítica a la evolución. Si los creacionistas recurren a este “juego sucio” es porque saben que, desde la ciencia, les es imposible derrotarla.